jueves, 24 de diciembre de 2009

¡FELICES FIESTAS!

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miércoles, 9 de diciembre de 2009

lunes, 16 de noviembre de 2009

Mesa debate: PUAN Y EL TRABAJO / 19-11-09 19HS.


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PALAZO al Instituto Cervantes de Brasil





La política laboral del Instituto Cervantes ha recibido un varapalo histórico a través de una sentencia del 22º Tribunal Laboral de Porto Alegre, con fecha del 26 de junio de 2009 que le impone una sanción conminatoria diaria de 5.000,00 reales por cada empleado que se encuentre en situación irregular, por utilizar intermediarios de mano de obra para la realización de la actividad primera del centro, la enseñanza; una indemnización por daño moral colectivo por un valor de 50.000,00 reales, y el pago de las costas del proceso. La sentencia además le obliga a firmar un documento de “compromiso de ajuste de conducta” que entrará en vigor el 1 de enero de 2010. Al final del artículo traducimos los párrafos que consideramos más significativos de la sentencia y del documento de compromiso.

La sentencia afecta en torno a un centenar de profesores colaboradores contratados de forma irregular que se reparten entre los nueve centros del Instituto Cervantes en Brasil. El Instituto Cervantes tendrá que hacer frente, por tanto, no solo al reajuste presupuestario que supondrá la contratación legal de estas personas (aproximadamente el diez por ciento de todos los profesores arrendados por el IC en el mundo), sino también a las sanciones directas derivadas del fraude cometido.

Esta sentencia no es la primera que reconoce oficialmente fraudes de ley en la contratación de trabajadores del Instituto Cervantes. Anteriormente (25 de febrero de 2008) hubo una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid favorable a dos profesores colaboradores del centro de Dublín, por despido improcedente tras haber sido contratados como trabajadores autónomos cuando su relación con el Instituto Cervantes no era mercantil, sino laboral. Desde el punto de vista jurídico ésta es, si cabe, más importante que la de Brasil, pues es la propia justicia española la que reconoce la explotación, y además, crea jurisprudencia. Es importante señalar que en ambas sentencias se hace hincapié en el objeto último del fraude de ley, que no es otro que eludir las obligaciones contractuales y retener derechos reales que la ley garantiza a todo trabajador: cobertura social y sanitaria, horarios regulares, descansos semanales y vacaciones, reconocimiento de la antigüedad, derecho a formación y promoción, etc.

Los colaboradores del Instituto Cervantes (que, no lo olvidemos, incluyen también a personal de administración, cultura y bibliotecas) han intentado repetidas veces, y con desigual suerte, conseguir su regularización mediante otros medios alternativos a los procesos judiciales: envíos de cartas a la sede, comunicados a los medios, paros laborales y protestas a nivel local. El silencio mediático en torno a las malas artes de la institución, por un lado, y la dispersión de los trabajadores por todo el mundo, por otro, dificultan el éxito de estas reclamaciones. Dada la limitada eficacia de estas vías, y teniendo en cuenta el precedente jurídico del Tribunal Superior de Madrid en el caso de Dublín, tal vez lo más eficaz y conveniente sería emprender acciones legales ante la justicia española, las cuales, al existir jurisprudencia, deberían tener el mismo resultado favorable. Ello no obsta para que la vía legal se acompañe de otro tipo de acciones. Lo deseable sería que, tras varias sentencias condenatorias, el propio Instituto Cervantes decidiera motu proprio abandonar el fraude de ley, forzado por la jurisprudencia, y regular a todos sus trabajadores. Por ello creemos que ahora es más necesario que nunca pasar a la acción.

Al hilo de lo anterior, tampoco queremos dejar pasar la oportunidad de pedir el respaldo de los sindicatos al menos mediante gestos públicos de apoyo, ya que oficialmente es difícil contar con ellos dada la ausencia de vinculación de la mayoría de los colaboradores, por la propia naturaleza de sus "contratos".

El Instituto Cervantes se está convirtiendo en un monstruo de una dimensión quizá no imaginada hace unos años que tiene la responsabilidad nada menos que de representar la imagen internacional de España. Su función se considera tan importante que no se ha permitido que deje de depender del Ministerio de Asuntos exteriores, y recibe el respaldo directo del Jefe del Estado. Entre sus objetivos principales como portador de una imagen se encuentra la eliminación de tópicos que nos han estigmatizado injustamente desde hace muchos años, y de entre los que sin duda uno de los más dañinos y persistentes es el de la improvisación y la chapuza. Sin embargo esta enorme responsabilidad recae sobre las espaldas de un gigante con pies de barro por la ilegalidad manifiesta con la que contrata a la gran mayoría de sus trabajadores, pues, según reconoce documentalmente el propio Instituto en su propuesta de creación de la figura de profesor II, el 70% del volumen docente lo imparten arrendados, a lo que se suman los trabajadores que desempeñan funciones no académicas.

Aparte de las implicaciones mediáticas que podrían derivarse de esta violación de los derechos humanos y de la propia Constitución Española, resulta cuando menos sarcástico que la institución que se erige en garante de la excelencia académica a través de su plan curricular, de la Red de centros asociados y de la misma publicidad de sus cursos, se permita poner el grueso de su actividad académica en manos de profesores a los que, por la misma ilegalidad en la que son contratados, no se les puede exigir una competencia que esté a la altura de los estándares que la misma institución promueve.

A continuación presentamos traducción de algunos fragmentos de la sentencia y del subsiguiente documento de compromiso que nos parecen de especial importancia. Advertimos de que la traducción es nuestra por lo que remitimos en todo caso a los documentos originales para resolver ambigüedades:

SENTENCIA DICTADA POR EL 22º TRIBUNAL LABORAL DE PORTO ALEGRE EL 26 DE JUNIO DE 2009

[...] Por lo que se puede presumir del examen de los documentos que acompañaron la petición inicial, juntamente con el propio reconocimiento del demandado en el sentido de que los profesores de la institución “jamás fueron contratados como empleados, por cuanto sus actividades no son permanentes y tampoco constituyen el grueso de la actividad principal del Instituto”, hay indicios de irregularidades vinculadas a la inobservancia, por el empleador de los parámetros contenidos en la legislación consolidada según las normas constitucionales. Y estas se refieren a la contratación de personal para trabajar como profesores de español a través de subcontratistas, y la parte demandada por fin, de este modo, a retener a sus empleados diversos derechos reales bajo la órbita de trabajo.

Estas acusaciones son hechas por el Ministerio de Trabajo y dieron origen al proceso de investigación (que se adjunta en el primer volumen del archivo), en el que la empresa investigada reconoció que los profesores nunca han sido empleados del Instituto, que siempre habían sido contratados a través de mediadores proveedores de mano de obra denomidados Adecco, María Inés González Lozano, Por Disciplina, Centro de Estudos Ltda e Hispânia. También reconoce que hubo prestación de servicios de profesores autónomos con carácter esporádico. [...]

Según lo expuesto, el 22 ° Juzgado de Trabajo de Porto Alegre,resuelve, en los términos del razonamiento anterior, que es parte integrante del decisum, siempre que tenga efecto de orden, rechazar las alegaciones del demandado y considerar PARCIALMENTE PROCEDENTE la acción civil pública para condenar al demandado a las obligaciones de hacer y de no hacer, que son:

-una sanción conminatoria diaria de 5.000,00 R$ por cada empleado que se encuentre en situación irregular, por utilizar intermediarios de mano de obra para la realización de actividad docente;

-indemnización por daño moral colectivo por un valor de 50.000,00 R$ (cincuenta mil reales), cuyo montante deberá ser abonado a favor del FDD, según lo dispuesto por la ley (sin que ello obste, de ninguna forma, a la reparación individual que cada indiviudo pueda buscar ante el Poder Judicial de eventuales deberes laborales). Costas de 1.200,00 R$ calculadas sobre el valor de la condena arbitrado en 60.000,00 R$ complementables al final, por el demandado.

DOCUMENTO DE “COMPROMISO DE AJUSTE DE CONDUCTA”FIRMADO EL 22 DE SEPTIEMBRE DE 2009 EN RÍO DE JANEIRO

[El IC] se compromete a rescindir todos los contratos celebrados con cooperativas de trabajo que actualmente proporcionan mano de obra de profesores de lengua españolapara trabajar en sus establecimientos [...].

[...] se compromete a no contratar trabajadores mediante cooperativas, o permitir el trabajo subordinado, personal y no eventual de cooperativas de trabajo [...] en sus dependencias [...].

Se compromete a no contratar trabajadores subcontratados o como prestadores de servicio por personas jurídicas por ellos constituidas, para trabajo subordinado, personal y no eventual en cualquiera de sus dependencias, para su actividad principal.

martes, 6 de octubre de 2009

martes, 15 de septiembre de 2009

Artículo publicado en Revista Planta / #10 - Septiembre de 2009

¿Trabajador, yo?

Experiencias de organización sindical sub 30: Simeca, Metele y el Observatorio de la Actividad Editorial. El debate profesionalización vs. sindicalización y la dificultad de los universitarios para asumirse como trabajadores.



Experiencias de organización sindical sub 30: Simeca, Metele y el Observatorio de la Actividad Editorial. El debate profesionalización vs. sindicalización y la dificultad de los universitarios para asumirse como trabajadores.

1. Los años 90: una vuelta de tuerca

Según el relato convencional, si durante los años 60-70 gran parte de la juventud adhirió, en sentido amplio, a una causa política (desde la militancia de base hasta la participación en organizaciones que habían optado por la lucha armada), una vez terminada la dictadura, con el retraimiento de los jóvenes hacia posiciones descomprometidas, esa tendencia se invirtió. Se habló entonces de descreimiento de la política a secas y de que uno de los mayores triunfos de la dictadura y de la década neoliberal habría sido ese, “despolitizar” a la sociedad en general y a la juventud en particular. Ahora bien, habría que pensar las limitaciones del alcance de este imaginario. ¿No podría ser que corresponda a un sentir de clase y que el tren de la organización pasara por al lado de nuestros enceguecidos ojos de clase media? Sólo a modo de ejemplo y sin pretensión de hacer una medición exhaustiva del índice de movilización de la época, para acercarnos a una respuesta al interrogante planteado arriba, podríamos aportar algunos datos. Por ejemplo, podríamos registrar un hecho verificado por sociólogos y politólogos del más amplio arco ideológico: la conformación, desde fines de los 80, de nuevas y múltiples organizaciones integradas por trabajadores desocupados (la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat, la Corriente Clasista Combativa, el Movimiento Teresa Rodríguez, el Movimiento de Trabajadores Desocupados), algunas de ellas asociadas al movimiento piquetero, creadas para hacer frente al nuevo modelo económico-político que, según lo ya archiconocido, la dictadura ayudó a instalar y el menemismo terminó de implementar.

¿Y qué pasó en el mundo estrictamente sindical? Aunque quizás, tras los años 90, una de las marcas más fuertes que quedaron en el imaginario colectivo de la clase media sea la percepción del sindicalismo corrupto, los datos de la realidad pueden contradecir esta imagen instalada. Porque la arena sindical no estaba ocupada sólo por la CGT oficial que apoyaba las reformas encaradas por el gobierno de Menem. Por el contrario, frente a esta rama cegetista, estaba, por un lado, la CGT rebelde de Moyano y, por el otro, un sector del sindicalismo que eligió por la salida de la Confederación y que fundó en 1996 la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA). Ambas líneas sindicales se encargarían, desde modelos organizativos diversos, de movilizar a los trabajadores contra la flexibilización que, impulsada a toda máquina desde el gobierno, suspendía derechos laborales básicos.

Entonces, lo cierto es que la aparición de piqueteros, de movimientos de desocupados, de organizaciones territoriales y de nuevos modelos y líneas sindicales vendría a confirmar que el famoso “fin de la política” de los 90 no fue tal. Como vimos, al menos parte de los sectores populares descreían de la realpolitik de los nuevos tiempos (y no de la política a secas) y practicaban nuevas formas de movilización para hacerle frente. Esto da cuenta de que el potencial organizativo, lejos de ser vaciado, se transformó. Para ilustrar este cambio, pensemos que si antes la figura disruptiva era el trabajador combativo (el 65% de los detenidos-desaparecidos fueron delegados gremiales jóvenes), al iniciarse la década pasada el lugar de la máxima combatividad pasó a estar reservado no sólo a trabajadores, en una posición cada vez más frágil, sino también a los millares de desocupados que la política económica de los 90 dejó como palpable consecuencia. A este respecto las cifras son bien claras: si para 1990 la tasa de desocupación era del 6%, en octubre de 2002 pasó a ser del 14. 7 %.

2- Nuevas experiencias de organización

SIMECA

Junto al desempleo y la creación de leyes laborales que precarizaban los puestos existentes, en los 90 se multiplicaron las personas en edad activa que obtenían su sustento en actividades relativamente nuevas, en general con alto nivel de informalidad: desde paseadores de perros y puesteros en ferias al aire libre, hasta empleados de servicios técnicos tercerizados. En este panorama heteróclito de informalidad, hay una actividad que se volvió muy visible en los nuevos tiempos: el servicio de mensajería. Basta pasar cualquier día de la semana al mediodía por la 9 de Julio para divisar conglomerados de motos estacionadas en las paradas y los comedores que le son especialmente destinados.

Las condiciones laborales de este gremio eran (y son) particularmente críticas: falta de marco regulatorio propio para el sector, 70 % de trabajo en negro, jornadas laborales que superan las 8 horas, aprovisionamiento del propio trabajador de los instrumentos necesarios para desarrollar su tarea (ropa, handy, moto), salario atado a la productividad, o sea, a la cantidad de viajes hechos. Este último punto es el que hace muy peligroso el trabajo de mensajería; como indica un motoquero, dado que en el sector la superproductividad “significa acelerar a 100 kilómetros por hora en la 9 de Julio y Corrientes”, los índices de mortalidad alcanzan niveles muy altos (se registra un promedio de ocho muertes por mes en Capital Federal). La ecuación es simple: para llegar a percibir un salario racional, es necesario subir la velocidad de la moto.

Sobre el fondo de ese estado de cosas, a fines de los 90 un grupo pequeño de trabajadores comenzó a organizar asambleas de mensajeros. De esa experiencia surgió en 1999 SIMECA (Sindicato Independiente de Mensajeros y Cadetes) que hoy cuenta con más de 1400 afiliados, y que se referencia en la CTA. Con una modalidad organizativa que privilegia el trabajo en cada agencia, los triunfos se hicieron esperar, pero finalmente son palpables. Así, el sindicato logró el blanqueo de muchos compañeros, luego de obligar al gobierno de la Ciudad a hacer un registro de agencias; consiguió que la mayoría de los empleadores pague al trabajador la mitad del valor del viaje, que duplique ese valor los días de lluvia y que se haga cargo del handy.

El camino reivindicativo a seguir es todavía muy largo. Dentro de lo gremial, el reclamo más urgente es el del salario fijo, que ayudaría a reducir notablemente los índices de mortalidad que tiene la actividad. Por otro lado, SIMECA busca desde hace años que el Ministerio de Trabajo le otorgue la personería gremial. Este otorgamiento ampliaría sus posibilidades de acción al brindarle al sindicato un amparo legal que, sumado a la fuerza de la base, vendría a apuntalar el trabajo que viene haciendo hasta hoy.

METELE y el Observatorio de la Actividad Editorial

En el 2008, diez años después de la creación de SIMECA, surgen dos intentos de organización sindical que, más allá de las diferencias entre las actividades, tienen un punto de contacto con el sindicato de mensajeros: nos referimos a Metele (Movimiento de Trabajadores y Educadores de Español como Lengua Extranjera) y al Observatorio de la Actividad Editorial, dos proyectos organizativos cuyos miembros son, como los del sindicato de motoqueros, en su mayoría menores de 30 años.

La docencia de español para extranjeros como actividad económica, si bien ya existía en los 90, cobró una aceleración importante tras la devaluación que posicionó a la Argentina como un destino turístico no sólo seductor sino también muy barato. Sin ninguna estadística oficial (derivada de la ausencia de regulación y registro estatal de la actividad), los miembros de Metele estiman, a partir de un censo realizado por ellos mismos (cuyos primeros datos están disponibles en lacarteleradelmetele.blogspot.com), que solamente en la Ciudad de Buenos Aires hay unos 500 profesores. Las condiciones laborales tienen varios puntos de contacto con la de los motoqueros, haciendo la salvedad de que ningún profesor de español expone su vida si enseña la oposición indicativo-subjuntivo a toda velocidad: 22% de trabajo en negro, 58% de monotributo, sueldo atado a la productividad (se cobra por clase dictada). La falta de vacaciones pagas, aguinaldo, licencias por enfermedad, indemnizaciones, además de la inestabilidad del empleo y del salario, que se derivan de la primacía del monotributo, constituyen los primeros blancos contra los que Metele se propone luchar. Más a largo plazo, esta agrupación sindical tiene como objetivo crear un marco legal que reconozca las especificidades de la actividad. El mismo reglamentaría cuestiones que tienen que ver estrictamente con las condiciones de trabajo de los docentes, pero también otras vinculadas a lo académico. Dentro de estas últimas el tema del título habilitante es un punto importante frente al cual Metele ya empezó a delinear una posición. Según se lee en su primer boletín, la intención sería asegurar la calidad académica de las clases sin poner en peligro los puestos de trabajo existentes. Por ello, la organización apunta a que pueda establecerse algún tipo de certificación donde no sólo tengan validez los estudios realizados, sino también los años ya trabajados como docente.

A diferencia de lo que sucede en la enseñanza de español para extranjeros o la mensajería, la mano de obra empleada en las distintas ramas de la actividad editorial no es necesariamente joven; sin embargo, los impulsores de la iniciativa de sindicalización, egresados y estudiantes de la carrera de Edición de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, sí lo son. En cuanto a sus condiciones de trabajo, los principales problemas que encuentran los profesores de español se asemejan a los que en su propio gremio registran los miembros del Observatorio (observatoriodeeditoriales.blogspot.com). Pensemos que el proceso editorial involucra a múltiples trabajadores, tantos como ramas tiene la actividad: editores, diseñadores, correctores, ilustradores, traductores. Las grandes editoriales suelen tener un trabajador a cargo por área, contratado como la normativa vigente lo exige, y luego emplea en calidad de monotributistas al resto de los trabajadores necesarios para que el producto libro llegue a los anaqueles de la librería. Entonces, otra vez, nos encontramos con la presencia fuerte del monotributo y de las consecuencias que de él se deducen (falta de vacaciones, aguinaldos, régimen de licencias inexistentes, etc.). Como les sucede a los profesores de español, la discrecionalidad con que se maneja el valor de las tarifas (de la hora de clase o de la tarea editorial), dificulta la negociación salarial. Para ponerle un freno a esta situación, el Observatorio está trabajando actualmente en la confección de un tarifario en el que figure el valor de cada tarea y que permita reducir las desigualdades salariales existentes entre trabajadores que realizan una misma actividad.

3- ¿Trabajador? ¿Yo?: identidad profesional e identidad sindical.

Fuera de la edad de los propulsores de la organización y de las malas condiciones laborales, hay un rasgo fundamental que diferencia a SIMECA de Metele y del Observatorio y que emparenta a estas dos últimas: la extracción mayormente universitaria, y en esa medida de clase media, de los trabajadores que constituirían sus bases. Por ello, el panorama organizativo de la industria editorial y de la docencia de español tiene su propia especificidad. En este orden de cosas, dos problemas principales pueden anotarse como asociados a aquella procedencia universitaria. En primer lugar, el ya señalado rechazo que para gran parte de la clase media tiene la actividad sindical; esto significa que las propias bases a las que estas organizaciones buscan representar son en principio refractarias al concepto mismo de sindicato. Segunda cuestión, vinculada a la anterior: pese a que al menos en principio la formación académica debería dotar a los estudiantes de disciplinas ligadas a lo humanístico de cierta capacidad de lectura de sus condiciones materiales, en la práctica ocurre lo contrario, y los profesores de español como extranjeros, los correctores, los editores, se resisten a verse a sí mismos como lo que son: trabajadores. Más bien, y de acuerdo a lo que cuentan tanto Metele como el Observatorio, tienden a entenderse como profesionales liberales caídos en desgracia, cuyo horizonte de máximo triunfo en términos laborales suele ser el instituto o la editorial propios. A los obstáculos y conflictos laborales, se le agrega entonces un problema de conciencia, que termina transformándose en uno operativo: si no se conciben a sí mismos como trabajadores, difícilmente los profesores de español y los editores podrán querer asociarse en una agrupación que organiza, precisamente, asalariados.

En este sentido, hay una discusión que es sintomática de estos problemas. Es el debate sobre profesionalización vs. sindicalización, el cual se da al interior tanto del cuerpo de docentes de español como del de trabajadores editoriales. De un lado estarían los que afirman que para regularizar la actividad hay que empezar por profesionalizarla, por lo que proponen armar una colegiatura fuerte que defienda con uñas y dientes las incumbencias del título universitario. Del otro, los profesores, editores, correctores que, con título o sin título, ejercen como tales, pero que antes de desearse como profesionales colegiados se reconocen como asalariados. En calidad de trabajadores saben que para regularizar su sector hay que comenzar por reivindicar mejoras en las condiciones laborales, para lo cual no hay otro camino que la organización sindical.

Ahora bien, tal vez habría que revisar más en detalle lo que dicen estas voces opuestas. ¿No se podría incluso intentar distender la dicotomía hasta superarla? La profesionalización per se de una actividad no tiene por qué ser excluyente de la reivindicación gremial. El quid de la cuestión sería entonces pensar qué se entiende por “profesionalizar” y cómo se instrumentaliza.

Para desenmarañar un poco esta problemática e intentar hacer compatibles las dos instancias podría proponerse una pregunta por el orden de su consecución: en vista al objetivo de regular la actividad editorial y la docencia de español, ¿cuál de los procesos se debería dar primero? ¿La movilización gremial o la profesionalización? A pesar de que siempre se acepta, siguiendo las lecciones más básicas de matemática, que el orden de los factores no altera el producto, en este caso que analizamos pareciera que sí. ¿Por qué? Si como algunos exigen se comenzara por la profesionalización no habiendo pasado por una etapa previa de trabajo sindical y por cierta práctica de lectura de las condiciones materiales, el resultado sería que la calificación académica se haría al costo de la conciencia de los trabajadores. Y esto porque, de no haber reconocimiento de pertenencia a la clase, el título funcionaría como un mero instrumento que otorga competitividad en el mercado laboral. De esta manera, la profesionalización constituiría una herramienta de atomización de los trabajadores, quienes, jerarquizados según los títulos obtenidos, encontrarían serias dificultades para coincidir en un colectivo gremial que los asociara según intereses compartidos. Por el contrario, si se va primero por la sindicalización, una vez que se acepta la pertenencia al populoso grupo que, salvando todas las diferencias, tiene que trabajar para vivir, las ventajas que brindaría la calificación podrían traccionarse para el conjunto de los trabajadores de la actividad.

Más allá de este debate, las experiencias de Metele y del Observatorio señalan algunos puntos interesantes. En primer lugar, evidencian que la acción colectiva es buena no solamente en términos ideológicos, sino también, y a pesar de las dificultades, en un sentido muy concreto: hechos como el tarifario del Observatorio o el intento de blanqueo de Metele son impracticables individualmente, y pueden promover una situación laboral mejor, más estable y consolidada que cualquier negociación llevada a cabo por un profesional orgulloso de su aislamiento. Además, indican que, al menos en el caso de Metele y Observatorio, una expresión concreta de la famosa “vuelta de la política” de los últimos años está dando lugar a experiencias que permiten cierta articulación entre la universidad y formas organizativas propias del mundo del trabajo de los sectores populares. En este sentido, mostrar que la presencia, por ejemplo, del trabajo en negro, del monotributo o del salario atado a la productividad son factores que precarizan el empleo de un universo heterogéneo de trabajadores que incluye a motoqueros, correctores, editores, traductores y profesores de español no tiene otro fin que ayudar a la visualización de un marco común que incluye a universitarios y no universitarios.

Sumando a lo dicho, la creación de estas dos organizaciones (o, mejor dicho, la necesidad de su creación) tendría otra implicancia interesante. Podría señalar que una de las deudas de la política intrauniversitaria es llevar adelante o acompañar propuestas de actividad sindical capaces de intervenir en las condiciones de vida de los estudiantes y graduados de una manera efectiva. El hecho de que los miembros del Observatorio militen a su vez en distintas agrupaciones internas de la carrera de Edición (Los necios y Pasajeros de edición) y de que la inquietud por lo gremial haya surgido al calor de los debates universitarios habla, a su vez, de que se está dando un paso en este sentido.



viernes, 21 de agosto de 2009

Artículo publicado en El Zordo #11 - Junio/Julio


¡Aprenda a organizarse en un perfecto castellano!

por Héroe de nadie

Un helicóptero despega desde el techo de la Cusa Rosada, la televisión cuenta en vivo y en directo cómo la policía asesina jóvenes en Plaza de Mayo. Cinco presidentes toman y dejan el poder en una semana. Se acababa el 2001. Una política cambiaría que llevaba diez años de vigencia había colapsado. Pocos meses después, el uno a uno como tipo de cambio de la moneda nacional se acababa: el peso dejaba de tener el mismo valor nominal que el dólar. Mientras algunos compatriotas se despedían lacrimosamente de Miami, Europa y la costa brasileña por tiempo indeterminado, Argentina -y sobre todo su capital- abría sus puertas un mundo de turistas. Desde 2002, las calles porteñas son como grandes galerías donde mucha gente camina de shorts, con sus botellas de agua mineral a medio terminar, mirando su atractiva arquitectura y tomando fotos, fotos y más fotos. El tango, la camiseta de la selección de fútbol, los espacios culturales de la calle Comentes, la bombonera y el asado, se convirtieron en productos consumidos por miles de visitantes de todo el mundo.

Junto a los turistas desembarcaron nuevos y jugosos negocios. City tours al por mayor, hostels, shows de tango, visitas a estancias bonaerenses, clases de español. Argentina -pero Buenos Aires más aún- se convirtió desde entonces en una gran escuela de idioma español para extranjeros sedientos de cultura rioplatense. Fin 2007, 24.878 extranjeros vinieron al país a aprender nuestra lengua, según el Informe Anual sobre Enseñanza de Español como Lengua extranjera que elabora, desde 2004, la Asociación Argentina de Docentes de Español (AADE). De la gran anuencia de turistas nació la industria del español como lengua extranjera (ELE). Un negocio redondo que parece cerrar por donde se lo mire: bajos costos de inversión y una gran demanda. Mientras en 2005 la cantidad de escuelas en el país era 89, en 2007 la cifra había crecido a 211, según el relevamiento sobre Turismo Idiomático, hecho ese año por la Secretaría de Turismo de la Nación.

LA LÓGICA Y LA ORGANIZACIÓN

Entre seis y ocho alumnos suelen conformar los grupos de estudio en las escuelas. El precio de los cursos oscila entre 140 y 190 dólares semanales. “Todo ok amigou!”, podría decir alguno de los tantos visitantes que los toman. Aunque desde el punto de vista de quienes dictan los cursos, la situación no es tan agradable: quienes enseñan español a los extranjeros en institutos privados sufren constantes situaciones de inestabilidad y precarización laboral, propiciada por la falta de regulación oficial sobre estas escuelas. Relaciones de dependencia disfrazadas bajo el monotributo, despidos sin aviso ni indemnización, amenazas, persecución, creación de listas negras con nombre y DNI de docentes “peligrosos”, no sumar puntos para la carrera de docente, son algunos de los gajes de este oficio de moda.

Sin embargo, estas condiciones de trabajo generaron la respuesta por parte de los profesores. El nombre que han dado al colectivo que los agrupa es Movimiento de Educadores y Trabajadores de Español como Lengua Extranjera (METELE) y desde él intentan organizarse para logra mejoras sustanciales en su situación laboral, “Todo nació a partir de una serie de mails que empezó a mandar un compañero. Comenzamos a reunimos en octubre del año pasado. La idea de las primeras reuniones fue juntar gente para que se pusieran en común las situaciones en cada instituto. El planteo inicial fue qué hacer frente a la realidad por la que pasábamos y cómo organizarnos”, relata una de las integrantes de METELE, que solicita resguardar sus datos por las represalias que podría sufrir “si las revistas llegan a las escuelas”. Y agrega que, si el objetivo a largo plazo es sindicalizar a los trabajadores, en este momento se intenta dar cuenta de las irregularidades de los institutos donde trabajan, que no son pocas.

La réplica a la organización no se hizo esperar. Íbero Spanish School, que en su página web exhibe las fotos de sus alumnos luciendo sonrisas publicitarias en un clima de total cordialidad, es la escuela encargada de la creación y difusión a los demás institutos de una lista que contiene el nombre, apellido y DNI, de aquellos profesores a los que se advierte no contratar por diferentes motivos. La lista fue elaborada como respuesta a una serie de denuncias hechas en el blog de METELE (www.lacarteleradelmetele.blogspot.com) en los que se daba cuenta de la lógica de este instituto, en el que la totalidad de los profesores que estaba en 2008 ya no está, una mitad por haber renunciado, la otra por haber sido despedida. El contenido de la denuncia reflejaba que una profesora despedida en septiembre del año pasado aún no había cobrado su último sueldo, que otra había sido amenazada con no volver a conseguir trabajo y se incluía también la preocupación de una ex alumna estadounidense que había sido amenazada con iniciársele una causa en la embajada de su país si no retiraba de su blog una crítica a la escuela. El texto que hizo circular Íbero, sostiene textualmente: “Hemos decidido hacer abierta la comunicación a otros centros de idioma para que tengan la posibilidad de saber que estos profesores son: irrespetuosos, impuntuales, con escaso compromiso ético y profesional (renuncian de un viernes a un lunes) y no están capacitados para enseñar español así como también han presentado demandas y reclamos infundados en perjuicio del instituto donde trabajen”. El repudio de los profesores fue generalizado, así como de la Asociación Argentina de Centros de Español como Lengua Extranjera (AACELE), que acusó a los directivos de la escuela de haber violado el derecho constitucional a la privacidad de los datos personales, con la divulgación de la lista negra. La cantidad de profesores que reúne estas características, para la dirigencia de la escuela, es de 38 personas.

FLEXIBILIZACIÓN SIN RESPUESTAS

El ambiente calefaccionado hace olvidar el invierno porteño durante unos minutos. Dos sillones muy cómodos, afiches de ballenas patagónicas y montañas jujeñas, un aula con el abecedario en la pared, sonrisas de los que pasan por el hall, algún "hola" en un español mal actuado. El curso cuesta 150 dólares por semana -responden amablemente en Internarional Bureau of language (IBL), escuela ubicada en el microcentro. Cuentan que en temporada alta llegan a tener alrededor de 200 alumnos, mientras que en temporada baja, el número se reduce a cincuenta. Esta variación en la cantidad de alumnos representa una fuente de gran inestabilidad para los profesores, quienes dejan de ser llamados en épocas de temporada baja, y sin posibilidades de protección frente a esta situación.

Los profesores coinciden en que el principal problema es la falta de regulación sobre la enseñanza de ELE. “Intentamos dar cuenta de los vacíos legales que existen y ver qué se puede hacer frente a esto. Porque se puede pensar que existe una gran diferencia entre que haya leyes y no se cumplan a que directamente no existan las leyes. Acá se dan las dos situaciones”, reflexionan desde METELE. Los organismos oficiales parecen no tener nada que decir al respecto. Desde la Secretaría de Turismo de la Nación, por caso, les han respondido que la contratación de las escuelas depende de las agencias de viajes. En la Dirección General de Educación Privada, pudieron confirmar que no hace falta ningún tipo de habilitación especial para poner una escuela.

Una de las maneras tramposas con que se trata de encubrir la precariedad laboral es la figura del monotributista, que es la forma en que los profesionales cobran sus honorarios, cuando prestan un servicio. Este tipo de relación laboral no cuenta con las protecciones propias de un trabajador bajo relación de dependencia: obra social, aportes jubilatorios, vacaciones, aguinaldo, asignaciones familiares, días por enfermedad, estudio, ART. En METELE cuentan que ésta es la opción que queda a trabajar en negro y que el problema es que está muy aceptado por parte de los profesores. Entonces, se plantean falsas opciones: trabajar en negro o como monotributista y ganar un buen sueldo cada mes o ganar en blanco poco dinero, aunque la "opción" encierra un engaño que la lleva a negar su condición de opción: si al sueldo que se percibe trabajando bajo monotributo o en negro, se lo relaciona con lo que no se gana en términos salariales por los beneficios sociales, a fin de cuentas se gana menos aun. METELE lo gráfica mediante esta cuenta: “Si ganás $20 por hora, trabajás 4 horas diarias y sos monotributista, a tu sueldo descontale: $800 de vacaciones (2 semanas) que no te pagan; $1600 de aguinaldo que no te pagan; $1320 de monotributo que no te pagan. TOTAL= $3720 por año, $310 por mes. O sea: tu sueldo de "$1600", en realidad es de $1250.”

Bajos costos. Márgenes de ganancia elevados. No regulación. Flexibilización laboral. El negocio del ELE no ha dejado de crecer hasta el día de hoy. Como los call centers, asoma como un ejemplo más de la precarización y flexibilización que sufren quienes entran en el crudo mundo del trabajo. El modelo que algunos vieron escapar en helicóptero hace ya más de siete años, sigue dando sus réditos a unos pocos. Mientras en la década del roedor riojano se alisaron los caminos a la ganancia privada a costa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras y la exclusión de millones a la pobreza total, la joda parece no haber acabado del todo. Tal vez los invitados cambiaron de ropajes y a algunos les resulte no tan fácil descubrir sus rostros ratosos, pero no parece que tengan demasiados deseos de dejar de divertirse. Igualmente, no es tan difícil pensar a quién le dolerá la cabeza a la hora de la resaca espantosa.

martes, 28 de julio de 2009

CENSO: primeros datos









Agradecemos a todas las personas que participaron completando el formulario del censo.
Aclaramos, para los que aún no se decidieron: el censo sigue recolectando datos.



sábado, 18 de julio de 2009


Si sos profesor/a de español para extranjeros, tomate un par de minutos para completar el censo. Es anónimo y confidencial. Con este mínimo compromiso de participación colectiva todos estamos colaborando para acelerar el proceso de regularización, conocer el verdadero mapa del sector y manejar estadísticas centrales para dar visibilidad a nuestra problemática.

Reenviáselo a tus colegas. El aporte de todos nos ayuda en el camino hacia una legislación apropiada que le dé formalidad a nuestro empleo.




lunes, 22 de junio de 2009

Artículo publicado en Veintitres el 18/06/09



LISTAS NEGRAS

Profesores amordazados


Foto: Veintitres.
18-06-2009 / El inesperado regreso de una oscura práctica patronal: Un instituto de enseñanza de español para extranjeros vedó a un grupo de docentes por su acción sindical. Las condiciones de trabajo en un área que crece con el auge del turismo. Hablan censores y censurados.
Por Pablo Sigal

Dicen que no existen, pero que las hay, las hay. En esta oportunidad el refrán no se refiere a las brujas, sino a figuras más inquietantes: las listas negras. Florencia Bozanno y Juan Astudillo, directores de la escuela de español para extranjeros Ibero Spanish School, informaron a sus pares vía e-mail los datos de treinta y ocho profesores que consideraban “no recomendados o no capacitados” y los describían como “irrespetuosos, impuntuales, con escaso compromiso ético y profesional”. El texto contenía nombres, apellidos y número de documento de cada uno. “No están capacitados para enseñar español así como también han presentado demandas o reclamos infundados en perjuicio del instituto donde trabajan. Han fundado un blog con una cantidad de ‘denuncias’ (término acuñado por ellos), por supuesto, anónimas que contiene información maliciosa y falsa de varios institutos de Buenos Aires, con el objetivo principal de que la actividad se resienta en su totalidad”, dice la carta, textualmente. El incidente revela la fragilidad de las condiciones laborales en las que se desempeñan los profesores, dedicados a una actividad en auge luego de la devaluación y el aluvión turístico sobre Buenos Aires.

“Importante: profesores no recomendados”, reza en el “asunto” el e-mail en cuestión. La difusión de nombres para vedarles el acceso a futuros empleos provocó tal escándalo que la Asociación de Centros de Español como Lengua Extranjera (Aacele) repudió las acciones de este instituto en un comunicado que afirma: “La divulgación de una ‘lista negra’ de docentes de ELE, con nombre, apellido y número de DNI, viola el derecho constitucional a la privacidad de los datos personales y nos trae a la memoria el reciente pasado de horror que ha vivido nuestro país”.

La denuncia fue motorizada por el Movimiento de Educadores y Trabajadores de Español como Lengua Extranjera (Metele), un intento de agremiación para unos trabajadores que no cuentan aún con una figura laboral que ampare sus derechos. Ante la precarización que sufrían en sus lugares de trabajo –cuando la mayoría de sus integrantes cuenta con títulos universitarios– decidieron denunciar la inestabilidad laboral, el trabajo en negro, el no pago de aguinaldo y vacaciones, la falta de obra social y ART y el desconocimiento de las licencias que prevé el estatuto del docente, entre otros puntos. Después de reunirse y discutir sus problemas difundieron afiches que sintetizaban sus reclamos.

Consultado por esta revista, Astudillo, director del instituto Ibero, relativizó las acusaciones: “Son tres o cuatro personas que volantean mentiras e insultos en la puerta de la escuela o que hacen denuncias judiciales infundadas. El e-mail que enviamos es de carácter privado. No considero que sea una lista negra, sino un listado de gente que no puedo recomendar”, señaló. Luego se llamó a silencio.

Quizá para no responder a otras acusaciones de varios ex trabajadores relacionadas con irregularidades laborales. “Al principio figurábamos en relación de dependencia, aunque una compañera descubrió que no habían realizado los aportes. Más tarde nos obligaron a renunciar para facturar como monotributistas y cobrar sólo los días que nos convocaran. Si no hay alumnos, no se cobra”, contó una ex empleada. “Iniciaremos dos demandas, una por las listas negras (ya se mandó la carta documento que pide la retractación pública) en la que interviene un abogado de la CTA. La otra es por los aportes”, cuenta otra profesora.

Alejandro Ferrari, abogado laboralista que lleva el caso, aclara que “la calificación de monotributistas de los profesores, en tanto están contratados bajo relación de dependencia (no se concibe otra posibilidad legal de prestar dicha tarea) configura fraude laboral y viola toda la legislación referente al derecho del trabajo, desde el artículo 14 bis de la Constitución nacional hasta las normas de menor jerarquía, pasando por la Ley de Contrato de Trabajo. Este fraude laboral constituye además una evasión fiscal por los aportes previsionales omitidos, además de infringir la ley al omitir aportes y contribuciones sindicales, de obra social, de ART y de seguro de desempleo”.

Con la llegada masiva de turistas extranjeros (en su mayoría europeos, brasileños y norteamericanos) y la imposición del español como una de las lenguas más importantes del mundo a nivel económico, comenzó en Buenos Aires un auge de institutos de enseñanza de español como lengua extranjera. Los turistas pagan, de acuerdo con la modalidad de estudio, hasta 400 dólares por semana, mientras que un profesor gana alrededor de 1.500 pesos mensuales. La mayoría de los profesores son estudiantes o egresados de la carrera de Letras de la UBA que se ven obligados a facturar, uno de los modos de trabajo en negro sin estabilidad laboral. “Los institutos de español para extranjeros son los parripollos de la gente de Letras”, metaforizó una profesora.

En la página web de Metele, el debate sobre las listas negras continúa. “La ‘lista’ llegó a todo el mundo y el envío ya se amplió a otras escuelas... El listado de ‘profesores/as interesantes’ ya está disponible para la mayoría de las 1.100 escuelas de español que tenemos en nuestra base de datos”, escribe en el foro un supuesto empresario del rubro.

El incidente revela la necesidad de regular una actividad en expansión para proteger los derechos de trabajadores de la educación que ven su actividad precarizada. Y pone sobre el tapete la actualidad de una práctica repudiable. Sin embargo, quizás el instituto privado Ibero posea un atenuante para justificar sus acciones: sigue en forma las directivas que el Gobierno de la Ciudad macrista ordenó en relación a los docentes porteños. Hace pocos meses pidió a los directores de los colegios que mandaran los nombres de los docentes que tomaban las escuelas o adherían a los paros. Un ejemplo lamentable.

miércoles, 17 de junio de 2009

BOLETÍN # 1
JUNIO 2009

*Historia
*Hacia una regularización de la enseñanza ELE y de la calidad del trabajo docente
*Censo de trabajadores ELE
*Una discusión clave: el problema de la calificación

*Historia
A partir de diciembre del año pasado la incertidumbre, la bronca y la impotencia de los profesores de español como lengua extranjera comenzaron a canalizarse en una voluntad grupal. Lo que en principio empezó siendo una puesta en común de información
que nos permitiera entender un poco más el panorama, se convirtió más tarde
en la confirmación de que compartíamos problemáticas comunes. Así llegamos finalmente
a la pregunta clave: ¿qué hacer? ¿cómo mejorar nuestra situación laboral?
Sin instituciones concretas que nos amparen, perjudicados por vacíos o vicios del sistema legal, exigidos por un presente donde el abuso y la persecución es la norma, entendimos
que la primera herramienta a nuestro alcance no era otra que la organización y el diálogo entre compañeros. Lo comprobamos cada uno en los institutos donde trabajamos:
si nos reunimos, si reivindicamos nuestro trabajo como grupo, si nos articulamos, tenemos más poder de negociación. Así, después de varios meses de trabajo constante, vimos que una voz colectiva encuentra muchos más interlocutores, respuestas y posibilidades
para mejorar las condiciones de trabajo de un sector en constante crecimiento.

*Hacia una regularización de la enseñanza ELE y de la calidad del trabajo docente
Uno de los avances más importantes en materia de ordenamiento de la actividad
es sin dudas el diálogo que establecimos con distintos actores del poder
legislativo de la ciudad de Buenos Aires. Nos encontramos con que las posibilidades de apuntar a una legislación propia del área no es una quimera inalcanzable.
Por el contrario, darle formalidad a nuestro empleo resulta de interés para muchos sectores que intervienen directamente en la agenda política de la ciudad.
De este modo, una ley que establezca condiciones y pautas para el establecimiento de institutos y que obligue a un registro de los mismos, traerá como consecuencia directa
la protección de los trabajadores de ELE dentro de las leyes laborales existentes. Sin dudas, queda por recorrer un largo camino y son muchos los puntos a discutir, pero darle formalidad a nuestro trabajo nos va a sacar del limbo del monotributo, del abuso del trabajo en negro y de la precariedad de convenios adoptados de otras actividades.

*Censo de trabajadores ELE
Hay un elemento central que nos va a facilitar el camino de la vía legislativa. Se trata del conocimiento cabal de cuántos somos, cómo, dónde y para quién trabajamos. Es por eso que METELE ha decidido realizar un censo de docentes de español como lengua extranjera, el cual podrá ser completado de forma anónima y confidencial.
Con una simple herramienta de participación colectiva estaremos todos colaborando
para acelerar el proceso de regularización, conocer el verdadero mapa del sector y manejar estadísticas centrales para dar visibilidad a nuestra problemática. El formulario
podrá ser llenado en internet sin dejar ningún dato que comprometa al docente.

*Una discusión clave: el problema de la calificación
Dentro de los diálogos que pudimos establecer entre estudiantes, académicos
y docentes de español como lengua extranjera, uno de los puntos álgidos es el de la calificación necesaria para realizar la actividad. En vista a la deseada regulación
legislativa, anticipamos las diferencias que puede causar este punto.
Desde nuestra perspectiva –resultado del análisis grupal y apuntando a la protección
del trabajo de todos los docentes– definimos como objetivo primordial el reconocimiento
del trabajo y la experiencia de quienes practican esta actividad más allá de la situación académica en la que se encuentren. No significa esto, ni mucho menos, que apuntalemos una política según la cual un hablante de español equivale
a un docente de español. Por el contrario, confiamos en que puede establecerse algún
tipo de certificación retrospectiva que reconozca los años trabajados y los estudios
obtenidos, por ende, la experiencia lograda. Con esto lograremos no dejar a ningún docente en la calle y continuar con el ordenamiento esperado, valorizando así nuestro trabajo. Invitamos a discutir este punto a todos los actores involucrados y promovemos el debate en los ámbitos académicos, legislativos, sindicales y laborales.

GRAN LECTURA mie 8/7 en almagro





jueves, 21 de mayo de 2009

Artículo publicado en Página 12 el 20/05/09


Sociedad | Miércoles, 20 de Mayo de 2009

Docentes denuncian que son perseguidos por intentar crear un gremio

El delito de organizarse

Con el boom del turismo proliferaron los institutos para enseñar español a extranjeros. La mayoría de los profesores que dan clase está en negro y sin protección laboral. Un grupo que intentó formar un sindicato recibió represalias de los empleadores.

“De la mano del boom turístico, la ciudad se llenó de institutos y profesores precarizados”, denuncian.

“La situación es muy gráfica: vacaciones, licencias por enfermedad o embarazo, obra social, jubilación, aguinaldo, ART, antigüedad o capacitación necesaria para el puesto son parte de las obligaciones que el empleado debe pagarse para tener continuidad laboral.” El Movimiento de Estudiantes y Trabajadores de Español como Lengua Extranjera (Metele) fue el primer colectivo gremial formado por profesores que intentaron contrarrestar las arbitrariedades que sus empleadores ejercían toda vez que “intentábamos reclamar por nuestros derechos laborales incumplidos”. Los primeros docentes en manifestar públicamente la necesidad de sindicalizar la profesión, ocho jóvenes estudiantes de la carrera de Letras de la UBA, no sólo se toparon con un vacío legal para regularizar la actividad sino que, además, fueron “perseguidos” por los dueños de los institutos para los cuales trabajan. Tres educadores de Metele relataron a Página/12 la precarizada situación de los cerca de 500 trabajadores de la lengua española.

Según un exhaustivo informe publicado por Metele en su blog, “de la mano del boom turístico, la Ciudad de Buenos Aires se llenó de profesores e institutos de español para extranjeros”. En sincronía, el relato es sencillo: después de la devaluación del peso en 2001, los asados, los partidos de fútbol en la Bombonera, las lecciones de tango, las fiestas del circuito gay fueron los negocios que más proliferaron en los últimos años en pos de cooptar a los visitantes extranjeros.

Pero, de todas las posibles formas de experimentación de lo porteño, “el aprendizaje de español se conformó como la mercancía más fructífera. Porque los centros de idiomas privados empezaron a ofrecerles a los turistas, además de las clases, actividades recreativas, gastronómicas, deportivas y, en algunos casos, con alojamiento en un mismo paquete mucho más económico”, relató una de las docentes que creó Metele.

De la mano del nuevo interés turístico, nació el trabajador de la lengua: “Mientras el joven hombre de letras de antaño se dedicaba a ejercer el periodismo, hoy dedica su tiempo a la enseñanza del objeto directo a un estudiante sueco –aseguró la profesora, con un poco de ironía y mucho de verdad–. Que la actual gestión porteña de (Mauricio) Macri haya amuchado los ministerios de Cultura y Turismo no es más que una gaffe elocuente de la inestable situación laboral de los profesores de español”. Como si fuese un trabajo momentáneo, sin continuidad, la mayoría de los docentes realizan su actividad en negro, en pésimas condiciones laborales, en institutos de enseñanza que no les reconocen ningún derecho laboral.

Turismo, mercado y trabajo estacionario. “No es un hobby, pero nuestros empleadores hacen como si lo fuera”, contó a este diario un profesor de 25 años, también integrante del colectivo gremial. La precarizada situación profesional de los docentes de español se “disimula” a través de una misma estrategia práctica y discursiva: el monotributo. Aunque los profesores de español para extranjeros trabajen para una misma empresa durante un tiempo prolongado, “la forma que tenemos de facturar es una relación de dependencia encubierta bajo la forma de locación de servicios”, relató el docente. Al momento de la entrevista laboral, sin embargo, los perjuicios del docente monotributista son presentados por los dueños de los institutos como ventajas y beneficios: “Que podés acomodarte los horarios, que podés faltar cuando lo necesités, que podés irte de vacaciones en el momento que desees”, enumeró la docente de Metele, a sabiendas que aunque estuviera resfriada y con fiebre a la tarde tendría que dar clases lo mismo, “porque nuestro sueldo depende exclusivamente de las horas trabajadas”.

Durante años, el ámbito donde los profesores podían resolver los conflictos laborales se reservó a la esfera privada. Según los integrantes de Metele, “cobrar la hora de clase 14 o 35 pesos depende siempre de la capacidad de negociación del profesor y de la buena fe del dueño del instituto. Por eso, la tarifa varía enormemente entre las diferentes empresas”. De boca en boca, vía mail, a través de volantes pegados en las inmediaciones de los institutos, “empezamos rudimentariamente a comunicarnos con otros profesores para luchar por nuestros derechos”, dijo la joven docente engripada. Y a fines de 2008, se consolidó el colectivo gremial Metele.

Entonces, la represalia empresaria no tardó en hacerse presente y efectiva. “Primero rompieron y arrancaron los carteles que poníamos para avisar de las reuniones –denuncian en el blog de la organización (www.lacarteleradelmetele.blogspot.com)–. Después uno de los institutos, comenzó a hacer circular entre los distintos centros de idiomas porteños una lista negra con nombres y documentos de profesores ‘no recomendados o no capacitados’ para trabajar”. La “caza de brujas” generó la “baja de horas de clases para los docentes, porque ni siquiera hace falta que te despidan, reducen tu carga horaria y vos mismo tenés que buscar otro trabajo para poder sobrevivir”, aseguró uno de los profesores “conflictivos”.

Por el momento, la situación laboral precarizada de los educadores es pura tautología: “Los representantes del Sindicato de Docentes Privados (Sadop) nos dijeron que la asociación no puede intervenir a menos que las condiciones de trabajo se ajusten a la de los trabajadores que están enmarcados dentro del convenio. Como estamos en negro no pertenecemos al sindicato y como no pertenecemos al sindicatos seguimos en negro”, concluyeron al unísono los miembros de Metele.

domingo, 17 de mayo de 2009

miércoles, 22 de abril de 2009

Repudio de AACELE a la lista negra publicada por Íbero Spanish School


A los Directores de Íbero Spanish School,

Florencia Bozzano y Juan Astudillo:

 

Recibimos su correo electrónico con el asunto “Importante-profesores no recomendados”, enviado el día 10 de marzo del corriente año, y consideramos que la divulgación de una lista negra de docentes de ELE, con nombre, apellido y número de DNI, viola el derecho constitucional a la privacidad de los datos personales y nos trae a la memoria el reciente pasado de horror que ha vivido nuestro país. Asimismo, y en consonancia con lo anterior, nos permitimos recordarles la existencia de ámbitos democráticos apropiados para la discusión y resolución de conflictos laborales.

Procederemos a enviar copia de nuestra respuesta a los organismos de gobierno y educación pertinentes (Cancillería, SECTUR, INPROTUR, Ministerio de Educación, Universidad de Buenos Aires, y Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entre otros), así como a las asociaciones de docentes de ELE.

 

 

 

COMISION DIRECTIVA AACELE

miércoles, 15 de abril de 2009

sábado, 11 de abril de 2009

Artículo publicado en ANRED el 11/4/09

ÁBADO 11 de abril de 2009
Docentes precarizados
METELE, por un trabajo docente digno
Con el auge del turismo extranjero en Argentina uno de los negocios que floreció fue la enseñanza del "español como lengua extranjera". Los capitales que invirtieron en el rubro se encontraron con un terreno más que fértil: desregulación estatal y flexibilización laboral, con el monotributo como principal arma. Sin un sindicato, con persecución ideológica, y altas tasas de explotación, los docentes han decidido agruparse para dignificar su trabajo mediante el METELE (Movimiento de Educadores y Trabajadores del Español como Lengua Extranjera).
Por ANRed - M

No es algo nuevo afirmar que en los últimos cincuenta años el mundo del trabajo ha sufrido transformaciones muy profundas. Aquellas conquistas laborales por las que lucharon generaciones anteriores se presentan como logros de un tiempo que nunca volverá frente a una realidad en la que tener un trabajo estable, en blanco y bien pago parece una utopía para el sector asalariado. Los jóvenes, quienes recién acceden al mundo productivo, son los primeros en la lista de los contratos basura y la precarización laboral. Como resultado de ello hay toda una generación que, por no conocer otro modo de trabajar, siente como natural la ausencia de derechos básicos como las vacaciones pagas, el aguinaldo o la obra social.

En esta caracterización no está exento el trabajador de la cultura, por el contrario, es uno de los más afectados por los eufemismos del free-lance, el profesional liberal o el monotributista. El profesor de español como lengua extranjera forma parte de este submundo ligado a la tarea intelectual de enseñar el idioma a través de la lógica de "satisfacer al turista" que, en su tour por la ciudad, incluye el aprendizaje del español.

El "monotributismo" como máscara de la precarización

La enseñanza del "español como lengua extranjera" es una profesión potenciada por la economía del "3 a 1" que favoreció la llegada del turista extranjero. En general, quienes desempeñan esta tarea son egresados recientes o estudiantes avanzados de la carrera de Letras o alguna afín. Como sucede en muchos casos con los trabajadores de la cultura y la educación, tienen la dificultad de reconocerse a sí mismos como trabajadores, ya que más bien muchos tienden a pensarse como "profesionales liberales", lo que dificulta la visibilización de las malas condiciones laborales. En palabras de un docente entrevistado, el profesor de español como lengua extranjera "se dedica o aspira a dedicarse al trabajo intelectual, entonces es más difícil que esa gente se asuma como trabajador explotado. Eso hace que la organización flaquee por ese lado, por la conciencia de los afectados. Esto tiene que ver con que se trata de trabajadores jóvenes, que en general no tuvieron una experiencia previa de estar en blanco y no saben exactamente cuáles son los beneficios y derechos que se pierden".

Salvo escasas excepciones, todos los profesores de español para extranjeros trabajan en relación de dependencia encubierta por el régimen del Monotributo. Aquellas excepciones de trabajadores que lo hacen en regla, sin embargo, reciben sueldos magros (la mitad o menos de lo que recibe un monotributista), lo cual lleva a muchos a optar por aceptar esta modalidad de falso trabajo autónomo sin tener en cuenta que, si se descuentan las cargas por obra social, aportes jubilatorios, vacaciones pagas, aguinaldos, etc. lo que recibe un trabajador monotributista termina siendo tan escaso como lo de aquel que lo hace en blanco.

Facturar mensualmente a una misma institución puede demostrar claramente que esa persona se encuentra en relación de dependencia, por lo cual muchos patrones avispados piden a sus empleados que facturen una vez cada tanto, o que no lo hagan siempre con el mismo talón de facturas. De todos modos, acceder al monotributo puede ser un deseo para otra gran proporción de trabajadores que directamente lo hacen en negro. En otras situaciones, la empresa necesita tener empleados contratados por exigencias de instituciones de reconocimiento internacional como el Instituto Cervantes. En esos casos, se blanquea una parte ínfima del salario y se sigue cobrando la mayor parte del sueldo en negro.

Además, lo que recibe un profesor de español como lengua extranjera en una institución poco tiene que ver con lo que desembolsa el turista por su educación. Por ejemplo, una hora de clase en un grupo de 8 estudiantes puede costar a cada uno aproximadamente 10 dólares. Esa hora de trabajo genera casi 300 pesos, pero el profesor recibe tan sólo unos 15 pesos. Sin embargo, lo incipiente de la actividad y la falta de regulación de este mercado hace que se puedan hallar múltiples posibilidades en el modo y el monto que se paga. A esto se suma que es un negocio que requiere de una escasa inversión, por lo que todo lo producido es fruto del esfuerzo docente (no hay materia prima, ni áreas de investigación y desarrollo, ni maquinaria que amortizar).

La desregulación de la actividad, la heterogeneidad y la naturalización de las relaciones laborales precarias dificultan la posibilidad de cambios. Pese a eso, un grupo de profesores de diferentes institutos de español para extranjeros empezaron a organizarse y dieron cuerpo a lo que se empieza a conocer hoy como "Metele".

Metele: Movimiento de Educadores y Trabajadores del Español como Lengua Extranjera

Según ellos mismos se definen, Metele "es una organización de hecho, la idea no es que haya algún orden de representatividad sino de participación, la representatividad vendrá en un segundo momento, cuando el dispositivo institucional lo requiera. Por lo pronto, cada quien en nombre propio va contando su problemática e intentamos pensar todos juntos cómo hacer para poder trabajar un poco más dignamente".

La necesidad de poner freno a la situación precaria de trabajo, junto con el avance de fuertes abusos patronales, convocaron a este grupo de jóvenes educadores que tiene como objetivo primero poner en común la situación que se vive en cada institución para, a largo plazo, constituir un gremio que los agrupe. En busca de una figura legal que los ampare, los miembros de Metele se acercaron a Sadop (Sindicato Argentino de Docentes Privados) y se encontraron con lo que, a partir de ese momento, dieron en llamar la "paradoja de Sadop". El sindicato no responde por la figura "docente de español para extranjeros" porque los profesores no están en blanco. Pero al intentar el "blanqueo" el docente recibe como respuesta por parte de la empresa que no hay modo de hacer el contrato porque no hay una figura legal que lo contemple en el estatuto del docente privado.

Mientras tanto, Metele hace públicas graves denuncias sufridas por trabajadores de la profesión en el blog que constituyeron para ese fin. A medida que la organización del espacio avanza, también avanzan las actitudes desafiantes de la patronal que terminan convirtiéndose en abusos. Por nombrar sólo algunas de ellas, las prácticas abusivas van desde despidos masivos ante reclamos salariales, despidos individuales a aquellos que se vislumbran como posibles fomentadores de la organización y la participación, maltratos verbales y descalificación permanente con frases como: "si no te gusta cómo se maneja la empresa las puertas están abiertas" o "mirá que clases de español puede dar cualquiera".

El colmo de esta situación sucedió semanas atrás con la circulación de una carta escrita por los directivos de Ibero Spanish School. En la misiva, dirigida a otras instituciones "colegas", entregaban una lista de profesores "des-recomendados" por ineptitud laboral y falta de compromiso. Pero en sus párrafos dejan vislumbrar claramente cuál es la verdadera preocupación de estos empleadores: "han fundado un blog con una cantidad de "denuncias" (término acuñado por ellos), por supuesto, anónimas, que contiene información maliciosa y falsa de varios institutos de Buenos Aires, con el objetivo principal de que la actividad se resienta en su totalidad". La práctica de confección de listas negras, como la realizada por esta institución, remite a las épocas más oscuras de nuestro país.

Mediante este ejemplo es posible ver cómo una experiencia de organización de trabajadores para lograr estrategias comunes provoca también una reacción por parte de quienes administran los institutos, que no quieren ceder ni un milímetro de la magnífica tasa de explotación que hoy poseen en este negocio.

Las características de los institutos de español para extranjeros

La mayoría de los institutos son de gestión privada, con características ambientales muy diferentes entre sí, "un instituto es un monoambiente con un potus en Retiro o una mansión en Recoleta, puede tener un plantel de 40 o 50 profesores o sólo 2". También centros universitarios, como el laboratorio de idiomas de la Facultad de Filosofía y Letras, o el Centro Universitario de Idiomas (ligado a la facultad de Agronomía) dictan cursos de español para extranjeros y, si bien pagan más que los institutos privados, también lo hacen bajo la figura del monotributista.

En cuanto a las características de los empleadores, en su mayoría se trata de apoderados jóvenes que responden a las exigencias de capitales extranjeros. De ese modo, "vienen con un modelo yanqui donde no existe ningún tipo de seguridad social. Para ellos se trata de comprar en el mercado más barato y vender en el más caro, punto. No hay ninguna idea de construcción de nada a partir del trabajo, simplemente es una mercancía más". Pese a que es una inversión en el campo de la cultura y la educación, no se trata de empresarios con experiencia y objetivos en este área, sino más bien de un buen negocio ligado a la lógica del turismo.

La crisis económica mundial posiblemente nos hará testigos de un cambio en la posibilidad laboral de este rubro atado al turismo extranjero. Que esto vaya acompañado de mejoras en las condiciones de vida de los profesores de español es algo que, en cierta medida, dependerá del accionar de los involucrados en el sector. Mientras tanto, Metele sigue su trabajo de hormiga para que cada vez más trabajadores de la cultura se reconozcan como tales. La publicación de su blog, sus reuniones periódicas y la circulación de denuncias por abusos laborales dan cuenta de una tenaz búsqueda: "pese a que no tenemos ninguna idea sobre qué es la militancia u organizarnos en los trabajos, consecuencia de treinta años que socavaron la experiencia obrera, nos vemos llamados a organizarnos como trabajadores, o al menos a intentar un comienzo aunque no tengamos una experiencia previa".

Para más información: 
-  http://lacarteleradelmetele.blogspot.com 
-  contactometele@gmail.com


http://www.anred.org/article.php3?id_article=2933

Datos personales

Movimiento de educadores y trabajadores de español como lengua extranjera contactometele@gmail.com