viernes, 21 de agosto de 2009

Artículo publicado en El Zordo #11 - Junio/Julio


¡Aprenda a organizarse en un perfecto castellano!

por Héroe de nadie

Un helicóptero despega desde el techo de la Cusa Rosada, la televisión cuenta en vivo y en directo cómo la policía asesina jóvenes en Plaza de Mayo. Cinco presidentes toman y dejan el poder en una semana. Se acababa el 2001. Una política cambiaría que llevaba diez años de vigencia había colapsado. Pocos meses después, el uno a uno como tipo de cambio de la moneda nacional se acababa: el peso dejaba de tener el mismo valor nominal que el dólar. Mientras algunos compatriotas se despedían lacrimosamente de Miami, Europa y la costa brasileña por tiempo indeterminado, Argentina -y sobre todo su capital- abría sus puertas un mundo de turistas. Desde 2002, las calles porteñas son como grandes galerías donde mucha gente camina de shorts, con sus botellas de agua mineral a medio terminar, mirando su atractiva arquitectura y tomando fotos, fotos y más fotos. El tango, la camiseta de la selección de fútbol, los espacios culturales de la calle Comentes, la bombonera y el asado, se convirtieron en productos consumidos por miles de visitantes de todo el mundo.

Junto a los turistas desembarcaron nuevos y jugosos negocios. City tours al por mayor, hostels, shows de tango, visitas a estancias bonaerenses, clases de español. Argentina -pero Buenos Aires más aún- se convirtió desde entonces en una gran escuela de idioma español para extranjeros sedientos de cultura rioplatense. Fin 2007, 24.878 extranjeros vinieron al país a aprender nuestra lengua, según el Informe Anual sobre Enseñanza de Español como Lengua extranjera que elabora, desde 2004, la Asociación Argentina de Docentes de Español (AADE). De la gran anuencia de turistas nació la industria del español como lengua extranjera (ELE). Un negocio redondo que parece cerrar por donde se lo mire: bajos costos de inversión y una gran demanda. Mientras en 2005 la cantidad de escuelas en el país era 89, en 2007 la cifra había crecido a 211, según el relevamiento sobre Turismo Idiomático, hecho ese año por la Secretaría de Turismo de la Nación.

LA LÓGICA Y LA ORGANIZACIÓN

Entre seis y ocho alumnos suelen conformar los grupos de estudio en las escuelas. El precio de los cursos oscila entre 140 y 190 dólares semanales. “Todo ok amigou!”, podría decir alguno de los tantos visitantes que los toman. Aunque desde el punto de vista de quienes dictan los cursos, la situación no es tan agradable: quienes enseñan español a los extranjeros en institutos privados sufren constantes situaciones de inestabilidad y precarización laboral, propiciada por la falta de regulación oficial sobre estas escuelas. Relaciones de dependencia disfrazadas bajo el monotributo, despidos sin aviso ni indemnización, amenazas, persecución, creación de listas negras con nombre y DNI de docentes “peligrosos”, no sumar puntos para la carrera de docente, son algunos de los gajes de este oficio de moda.

Sin embargo, estas condiciones de trabajo generaron la respuesta por parte de los profesores. El nombre que han dado al colectivo que los agrupa es Movimiento de Educadores y Trabajadores de Español como Lengua Extranjera (METELE) y desde él intentan organizarse para logra mejoras sustanciales en su situación laboral, “Todo nació a partir de una serie de mails que empezó a mandar un compañero. Comenzamos a reunimos en octubre del año pasado. La idea de las primeras reuniones fue juntar gente para que se pusieran en común las situaciones en cada instituto. El planteo inicial fue qué hacer frente a la realidad por la que pasábamos y cómo organizarnos”, relata una de las integrantes de METELE, que solicita resguardar sus datos por las represalias que podría sufrir “si las revistas llegan a las escuelas”. Y agrega que, si el objetivo a largo plazo es sindicalizar a los trabajadores, en este momento se intenta dar cuenta de las irregularidades de los institutos donde trabajan, que no son pocas.

La réplica a la organización no se hizo esperar. Íbero Spanish School, que en su página web exhibe las fotos de sus alumnos luciendo sonrisas publicitarias en un clima de total cordialidad, es la escuela encargada de la creación y difusión a los demás institutos de una lista que contiene el nombre, apellido y DNI, de aquellos profesores a los que se advierte no contratar por diferentes motivos. La lista fue elaborada como respuesta a una serie de denuncias hechas en el blog de METELE (www.lacarteleradelmetele.blogspot.com) en los que se daba cuenta de la lógica de este instituto, en el que la totalidad de los profesores que estaba en 2008 ya no está, una mitad por haber renunciado, la otra por haber sido despedida. El contenido de la denuncia reflejaba que una profesora despedida en septiembre del año pasado aún no había cobrado su último sueldo, que otra había sido amenazada con no volver a conseguir trabajo y se incluía también la preocupación de una ex alumna estadounidense que había sido amenazada con iniciársele una causa en la embajada de su país si no retiraba de su blog una crítica a la escuela. El texto que hizo circular Íbero, sostiene textualmente: “Hemos decidido hacer abierta la comunicación a otros centros de idioma para que tengan la posibilidad de saber que estos profesores son: irrespetuosos, impuntuales, con escaso compromiso ético y profesional (renuncian de un viernes a un lunes) y no están capacitados para enseñar español así como también han presentado demandas y reclamos infundados en perjuicio del instituto donde trabajen”. El repudio de los profesores fue generalizado, así como de la Asociación Argentina de Centros de Español como Lengua Extranjera (AACELE), que acusó a los directivos de la escuela de haber violado el derecho constitucional a la privacidad de los datos personales, con la divulgación de la lista negra. La cantidad de profesores que reúne estas características, para la dirigencia de la escuela, es de 38 personas.

FLEXIBILIZACIÓN SIN RESPUESTAS

El ambiente calefaccionado hace olvidar el invierno porteño durante unos minutos. Dos sillones muy cómodos, afiches de ballenas patagónicas y montañas jujeñas, un aula con el abecedario en la pared, sonrisas de los que pasan por el hall, algún "hola" en un español mal actuado. El curso cuesta 150 dólares por semana -responden amablemente en Internarional Bureau of language (IBL), escuela ubicada en el microcentro. Cuentan que en temporada alta llegan a tener alrededor de 200 alumnos, mientras que en temporada baja, el número se reduce a cincuenta. Esta variación en la cantidad de alumnos representa una fuente de gran inestabilidad para los profesores, quienes dejan de ser llamados en épocas de temporada baja, y sin posibilidades de protección frente a esta situación.

Los profesores coinciden en que el principal problema es la falta de regulación sobre la enseñanza de ELE. “Intentamos dar cuenta de los vacíos legales que existen y ver qué se puede hacer frente a esto. Porque se puede pensar que existe una gran diferencia entre que haya leyes y no se cumplan a que directamente no existan las leyes. Acá se dan las dos situaciones”, reflexionan desde METELE. Los organismos oficiales parecen no tener nada que decir al respecto. Desde la Secretaría de Turismo de la Nación, por caso, les han respondido que la contratación de las escuelas depende de las agencias de viajes. En la Dirección General de Educación Privada, pudieron confirmar que no hace falta ningún tipo de habilitación especial para poner una escuela.

Una de las maneras tramposas con que se trata de encubrir la precariedad laboral es la figura del monotributista, que es la forma en que los profesionales cobran sus honorarios, cuando prestan un servicio. Este tipo de relación laboral no cuenta con las protecciones propias de un trabajador bajo relación de dependencia: obra social, aportes jubilatorios, vacaciones, aguinaldo, asignaciones familiares, días por enfermedad, estudio, ART. En METELE cuentan que ésta es la opción que queda a trabajar en negro y que el problema es que está muy aceptado por parte de los profesores. Entonces, se plantean falsas opciones: trabajar en negro o como monotributista y ganar un buen sueldo cada mes o ganar en blanco poco dinero, aunque la "opción" encierra un engaño que la lleva a negar su condición de opción: si al sueldo que se percibe trabajando bajo monotributo o en negro, se lo relaciona con lo que no se gana en términos salariales por los beneficios sociales, a fin de cuentas se gana menos aun. METELE lo gráfica mediante esta cuenta: “Si ganás $20 por hora, trabajás 4 horas diarias y sos monotributista, a tu sueldo descontale: $800 de vacaciones (2 semanas) que no te pagan; $1600 de aguinaldo que no te pagan; $1320 de monotributo que no te pagan. TOTAL= $3720 por año, $310 por mes. O sea: tu sueldo de "$1600", en realidad es de $1250.”

Bajos costos. Márgenes de ganancia elevados. No regulación. Flexibilización laboral. El negocio del ELE no ha dejado de crecer hasta el día de hoy. Como los call centers, asoma como un ejemplo más de la precarización y flexibilización que sufren quienes entran en el crudo mundo del trabajo. El modelo que algunos vieron escapar en helicóptero hace ya más de siete años, sigue dando sus réditos a unos pocos. Mientras en la década del roedor riojano se alisaron los caminos a la ganancia privada a costa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras y la exclusión de millones a la pobreza total, la joda parece no haber acabado del todo. Tal vez los invitados cambiaron de ropajes y a algunos les resulte no tan fácil descubrir sus rostros ratosos, pero no parece que tengan demasiados deseos de dejar de divertirse. Igualmente, no es tan difícil pensar a quién le dolerá la cabeza a la hora de la resaca espantosa.

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